¿EL ESTRÉS TE ESTÁ ENFERMANDO?
Insomnio, dolores de cabeza, aumento de peso, indigestión. Es probable que hayas experimentado al menos uno de estos síntomas recientemente. Es posible que incluso hayas consultado a un médico. Pero a pesar de lo comunes que son estas aflicciones, a menudo se diagnostican erróneamente. Y la razón de eso no tiene nada que ver con cuán rara es la afección. De hecho, es porque la condición es tan común que es fácil asumirla como normal
El estrés se ha vuelto tan frecuente en la sociedad actual que no tendemos a pensar demasiado en él. Pero innumerables estudios científicos han demostrado que el estrés tiene un grave impacto en nuestra salud y bienestar. Incluso produce síntomas equivalentes a complicaciones de hipertensión y trastornos autoinmunes.
Cuanto más comprendas de dónde pueden provenir tus síntomas, más enfoque podrás dirigir para resolver el problema. Para ayudarte a discernir cuáles dolencias pueden estar relacionadas con el estrés, miremos las formas en que el estrés afecta tu salud:
Presión arterial: el estrés puede elevar la presión arterial al contraer temporalmente los vasos sanguíneos y acelerar la frecuencia cardíaca. Los vasos sanguíneos dañados por la presión arterial alta pueden estrecharse, romperse o tener fugas. La presión arterial alta también puede causar la formación de coágulos de sangre en las arterias que conducen al cerebro, bloqueando el flujo sanguíneo y potencialmente causando un derrame cerebral.
Aumento de peso: la investigación ha demostrado que cuando los niveles de estrés y cortisol son altos, el cuerpo fomenta el almacenamiento de grasa, particularmente en el área inferior del abdomen, debido a los altos niveles de cortisol. Esta hormona provoca un aumento de insulina, que suele ir acompañado de un incremento del apetito. Esta forma de comer favorece el almacenamiento de grasa, generando altos niveles de sustancias inflamatorias en el hígado. Por otro lado, el cerebro también se ve afectado, al intentar aliviar el estrés con comida.
Memoria: se ha demostrado que el estrés crónico reduce la memoria espacial: la memoria que lo ayuda a recordar ubicaciones y relacionar objetos. Los investigadores también han encontrado una conexión entre un aumento de cortisol y la dificultad para formar nuevos recuerdos.
Insomnio: en el momento de irse a dormir y conciliar el sueño, nuestra percepción sobre los posibles peligros o problemas que nos acechan, nos hace pensar que estamos en una situación vulnerable. Por esto, el sistema nervioso tenderá a mantenerse en un estado de alerta, ya que esto hace más probable que busquemos una solución de inmediato. Como consecuencia, el cuerpo continúa trabajando, causando así insomnio.
Dolores de cabeza: el estrés hace que su cuerpo libere químicos como la adrenalina y el cortisol. Estos químicos pueden causar cambios vasculares que te dejan con dolor de cabeza por tensión o migraña. Investigaciones han descubierto que las fluctuaciones inducidas por el estrés en los neurotransmisores, como la serotonina y las endorfinas, también activan las vías de dolor en el cerebro, lo que provoca dolores de cabeza.
Impulso sexual: investigaciones sugieren que las personas estresadas tienden a tener un deseo sexual disminuido y una experiencia menos placentera durante las relaciones sexuales. Si te distraen situaciones o períodos de alta presión, el deseo sexual puede disminuir. Esto se debe a que el estrés puede alterar tus niveles hormonales. Tus arterias pueden estrecharse en momentos de estrés. Este estrechamiento restringe el flujo sanguíneo y potencialmente causa, en hombres, disfunción eréctil.
Para disminuir de manera pronta y efectiva, meditar es una buena opción. La meditación puede producir un profundo estado de relajación y una mente tranquila. Durante la meditación, enfoca su atención y elimina la corriente de pensamientos confusos que pueden estar llenando su mente y causando estrés. Este proceso puede mejorar el bienestar físico y emocional.
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