Bases para edificar una vida en plenitud
Para tener una relación más clara con tu práctica del yoga es muy importante conocer, estudiar y practicar día a día, paso a paso, las ocho extremidades del Yoga, empezando con los Yamas y Niyamas que forman la base de la estructura de esta práctica.
Se requiere de buenos cimientos para levantar estructuras verdaderamente durables, incluyendo nuestro cuerpo (la estructura con la que edificamos nuestras vidas). Entre más sólidas y fuertes sean nuestras bases como seres humanos, más resistente y resiliente será nuestro edificio, responsable de llevar dentro de si nuestra esencia del vivir.
Este edificio físico ha de integrarse armoniosamente con sus partes mental y espiritual, formando una balanceada comunión que, aunque compleja y sutil, es paradójicamente sencilla.
La filosofía del yoga -aplicable a todo estilo de vida que desee contemplar y vivir la vida de manera más armoniosa con el ser y con su entorno- se basa en unos principios básicos, detalladamente explicados en el Yoga Sutra de Patanjali.
Estos principios se conocen como las ocho Ramas del Yoga o Ashtanga yoga, cuyo propósito es guiarnos el camino para aplicar de manera más efectiva y balanceada la práctica activa del yoga, del que hacen parte fundamental las posturas físicas (Asanas), el trabajo de la respiración (Pranayama) y la meditación (Dhyana).
Estos principios no son de exclusividad para una práctica física del yoga. Por el contrario, bien pueden (y deberían) aplicarse a todas las actividades del ser humano, hasta que formen parte fundamental de nuestro valores de vida.
Como insinuaba al principio de este escrito, se requiere de una base o estructura a partir de la cual perseguir (¡y lograr!) un fin u objetivo.
Uno de los objetivos del yoga es experimentar una vida de unidad consciente, de absorción y plenitud con el Todo, donde el Todo también es uno. Una unión absoluta con la creación, donde incluso la creación se refleja como unidad dentro del ser. Este estado se conoce como Samadi, y es la octava rama del yoga Ashtanga.
Pero para llegar allí de una manera segura, responsable y genuina, cada ser debe construir su propia base y desde ella empezar a edificar.
Es como sembrar una semilla de buena calidad (intención) en un suelo fértil (la vida). Después de sembrar la semilla, es necesario seguir ciertos cuidados como suministrarle agua y sol, y también protegerla de insectos o enfermedades que puedan afectar su desarrollo y buena salud. En los seres humanos se trata de un examen o de un auto análisis tanto interior como exterior para detectar y eliminar todo aquello que esté afectando nuestro desarrollo y buena salud. Si se abandona o descuida el cuidado del árbol, independientemente de cuán buenas hayan sido nuestras intenciones iniciales, serán pocas las posibilidades de ver a tu árbol (tu ser) crecer, verle extender sus ramas y brotar frutos
Ahora bien, en la filosofía Ashtanga yoga, los Yamas y Niyamas son como los principios básicos de las 8 ramas. Son como los laterales de una escalera entre los que se incrustan los peldaños por los que ascendemos hasta alcanzar el Samadi, el último peldaño.
Como ya lo había señalado, los Yamas y Niyamas nos proveen de unas guías de actitudes para el yogi/ni que inculcan unos valores y estilos de vida que sostienen la práctica del yoga a nivel espiritual. Práctica y valores que perfectamente se pueden implementar en todo ser humano que busque el bienestar común y una vida donde renazca el despertar de la consciencia.
Estos valores deben verse reflejados en el resto de las otras 6 ramas. Cada una de las acciones involucradas y expresadas en las otras ramas, deben ser un reflejo de los Yamas y Niyamas.
Miremos más en detalle los componentes de esta escalera de excelencia en el vivir:
1. Yamas: Principales valores yogi, principios y observaciones. Básicamente consisten en formas para el crecer individual, resaltan la disciplina y la responsabilidad.
· Ahimsa: no violencia, respeto a la vida.
· Satya: verdad, no mentir, ser puro.
· Asteya: no robar, no pretender ser o aparentar.
· Brahmacharya: control de la energía y evitar el desgaste.
· Aparigraha: desapego, no acaparar.
2. Niyamas: Componen las aptitudes detrás de la práctica del yoga. Son maneras de sostener, conservar e interiorizar nuestras energías.
· Saucha: Pureza en nuestro comportamiento, limpieza del cuerpo.
· Santosha: Sentirse satisfecho, estar en paz contigo mismo, estar contento.
· Tapas: Disciplina, resistencia, crear el fuego o calor que te transmuta.
· Svadhayaya: Autoconocimiento, ser consciente de uno mismo. Estudio de los textos espirituales.
· Ishvara Pranidhana: Amor, respeto y entrega a la sabiduría universal.
Como ves, estos valores se pueden aplicar a cualquier actividad, propósito y estilo de vida, pues no se trata de una guía única y exclusiva para unos cuantos o para ciertas religiones o creencias. La intención de estas guías Ashtanga o Raja yoga (el camino Real) es invitar a la humanidad a vivir mejor, a aprender a vivir, a aprovechar el máximo potencial que tenemos como seres humanos, a despertar en nuestra alta consciencia y a vivir en plenitud.
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