¿Vives en el pasado o con el futuro en la mente?
¿Estás viviendo con tu atención firmemente plantada en el pasado ó solamente manteniendo tu visión en el futuro? O simplemente estás atorado, sin atreverte a voltear hacia un pasado que podría haber sido doloroso, o aterrorizado de siquiera considerar algo nuevo y diferente, ya sea una manera nueva de vivir social o culturalmente?
Cuando somos jóvenes, nuestros padres nos dan las reglas por las cuales llevar a cabo nuestras vidas. Estas nos pueden asistir en darnos una dirección. A medida que vamos creciendo, vamos obteniendo más oportunidades de hacer nuestras propias decisiones. Sin embargo, algunas veces existen diferencias de opinión y conflictos.
Hacia los años 70s, recuerdo como una estudiante de fisioterapia colega mía (la hija de un doctor y una enfermera) se sentía infeliz y recibía tratamiento para la depresión. Sus padres no concebían la posibilidad que Rosemary, su única hija siguiera alguna carrera no relacionada con la medicina. Ella se sintió presionada a entrenar como fisioterapista, como una alternativa marginal a la profesión de sus padres.
Lo único a lo que Rosemary aspiraba era a ser peinadora. Sus padres consideraban que esa no era una profesión suficientemente buena par ella. Ella se sentía atrapada y resentía el hecho de tener que dedicarse a una profesión que no le interesaba y la cual no tenía intención de practicar. Rosemary estaba desesperadamente infeliz, viviendo los sueños de sus padres y lo que ellos dictaban: quedando ella atrancada en un presente que odiaba.
Al poco tiempo de haberse graduado, Rosemary pudo arriesgarse a enfrentar el enojo de sus padres y procedió a entrenarse como peinadora. Siguiendo su visión, Rosemary pudo encontrar alegría, felicidad y éxito. Tristemente, sus padres nunca la perdonaron. Esto fue la única nube negra sobre lo que de otra manera fue un futuro brillante en la vida de Rosemary. Sus padres permanecieron estancados en los sueños que tenían para Rosemary desde el pasado, incapaces de compartir la realidad del presente de Rosemary y su visión para el futuro. Desgraciadamente, estaban demasiado atorados para siquiera pensar en poder dejar ir su decepción y en cómo empezar a reconstruír una relación en el presente con miras a futuro con Rosemary.
Cuando los padres tienen una visión de la vida arraigada en el pasado, pueden caer ya sea conciente ó inconcientemente en la trampa de manipular a sus hijos a vivir vidas similares a las que ellos vivieron. Desean que sus hijos logren sueños que ellos no lograron durante sus propias vidas.
Puede ser que ese tipo de vida no tenga nada que ver con la realidad presente del niño, ya sea el escoger un amigo, carrera, pareja ó sueños en general de como quiera llevar su vida. Sin embargo, un hijo ó una hija que tenga una visión diferente que la que sus padres tenían para el ó ella, y toman decisiones diferentes de las que sus padres tomarían por ellos, pueden ser juzgados como ingratos ó simplemente malos, lo cual puede estar muy lejos de la realidad.
Cuando mantenemos nuestra atención fijada en el pasado ó solamente en el presente, somos incapaces de percibir el ahora y el qué estará disponible en el futuro – ya sea para nosotros ó para nuestros hijos.
Hoy la vida trae consigo oportunidades con las cuales la generación previa nunca soñó. La velocidad de los cambios ha sido fenomenal. Debido a ésto, nuestro papel de padres al querer apoyar a nuestros hijos, se ha vuelto más difícil que cuando nuestros padres estaban en nuestra posición.
Para aquellos padres que crían a sus hijos en una cultura dentro de la cual ellos no crecieron, ésto significa un trabajo doble en el mundo de hoy. Tantos conceptos con los cuales no estamos familiarizados, nos hacen más difícil la tarea de crear una visión para nuestro propio futuro, ya ni siquiera para el de nuestros hijos – nuestros hijos pueden ayudarnos con esto- si se los permitimos. También necesitamos ser capaces de co-operar dentro de nuestras propias familias, nuestras comunidades y solicitar ayuda de aquellos que tienen el conocimiento y la habilidad de ayudar.
Algunas veces este proceso implica el desechar ó abandonar los valores e ideales que cuadraban con una cultura ó una época diferente, más no el presente y ciertamente no el futuro: ésto es difícil.
Sin embargo, el pensar que lo que sucedió en el pasado, es el pasado, es un concepto equilibrante. ¡Tenemos la posibilidad de crear un futuro nuevo, fresco y vibrante para nosotros mismos! También somos capaces de apoyar a nuestros hijos en crear y realizar su visión, de alcanzar su potencial para que logren ser lo mejor que pueden ser, aun cuando no hubiéramos elegido lo ‘mismo’ para nosotros.
El amar a nuestros hijos y a todos aquellos que amamos y queremos, implica que consideremos qué parte del pasado nos es útil: compartir nuestras propias realidades y aceptando las realidades de los demás en nuestro presente; apoyémonos el uno al otro a medida que avanzamos en nuestros respectivos nuevos futuros – futuros que elegimos.
Una frase de Antoine de Saint-Exupery apoya esta noción muy bien:
“La vida nos ha enseñado que el amor no consiste en mirarnos el uno al otro sino en que juntos veamos hacia la misma dirección. “