Art Déco en pequeños espacios
El "art déco" es un estilo que siempre ha permanecido en la memoria de todos los que tienen gusto por el interiorismo, ahora vuelve con fuerza a la decoración del hogar, limando la opulencia, pero sin renunciar a la sofisticación, con un aire minimalista donde priman los colores y formas sutiles.
MATERIALES NOBLES.
Materiales nobles como el latón, el terciopelo, las lámparas, con mucho estilo y diseño, crean una atmósfera acogedora, limpia, pero reluciente, con piezas únicas, que parecen obras de arte, pero que no tienen por qué pertenecer a otro siglo.
Tamara de Lempicka es una de las abanderadas de este tipo de decoración. Su diseño de muebles, biombos, lámparas, jarrones o vidrieras dicen mucho de la dimensión artística de este mobiliario, marcado por una estética de motivos geométricos, colores brillantes y formas contundentes.
Un estilo simétrico y rectilíneo que ahora vuelve a gozar de apogeo en el hogar, como lo demuestra la diseñadora de interiores Samantha Knight.
La interiorista inglesa ha reformado un apartamento en la costa mediterránea donde la luz natural es un componente más de la decoración, en la que mezcla el diseño escandinavo y el inglés para reformar un apartamento que tiene en la decoración "art déco" su esencia sin abrumar, teniendo como resultado un espacio elegante, para un estilo de vida práctico.
HILO CONDUCTOR.
"Se empezó por reorganizar el apartamento, eliminado paredes originales para que la luz se colara por todos los rincones", explica Paul Robinson, el arquitecto.
A esta nueva concepción del espacio se incorporaron molduras clásicas, cornisas y zócalos y un papel decorativo que va, desde la entrada, hasta el salpicadero de la cocina, abierta al salón, lo que permite ofrecer una imagen de continuidad entre espacios.
Precisamente, es en la cocina donde se atisba sin contemplaciones el diseño "art dèco" en los taburetes, instalados sobre la barra que lidera un lado de la cocina, tapizados en un intenso color amarillo, que ofrece un toque atrevido y divertido, perfectamente combinado con el papel pintado de la pared en verde.
El blanco es el color que unifica los espacios, las puertas, incluso el pie de la lámpara de la entrada, el mueble del recibidos o la pequeña alacena del comedor, decapada en blanco son, junto a los muebles de la cocina, con tiradores redondos y con cierto aire "vintage" en el dorado y las sillas del comedor, también tapizadas en amarillo con respaldo blanco, un sutil hilo conductor de todo el espacio.
Una lámpara de araña con lágrimas de cristal corona la mesa del comedor y rompe con un ambiente en blanco, moderno, para imponerse en el espacio.
En su momento, el apartamento tuvo tres dormitorios que han quedado reducidos a uno grande, espacioso, que incluye un vestidor con armarios abiertos y otros cerrados, especialmente diseñados para acoger prendas deportivas y bolsos de mano.
La ropa de cama y los textiles que la visten combinan el blanco, de nuevo, con tapicerías de color vibrante en tonos rojos y fucsias, que consiguen un espacio vivo a la vez que relajado.
Las luces de pared en baños y paredes contribuyen a extender ese espíritu decadente que se instala a través de los muebles de latón, las placas eléctricas o los tiradores de armarios. Un brillo cálido que crea espacios compactos y una atmósfera contemporánea, sin renunciar a reminiscencias de otras épocas.
Por Inmaculada Tapia.
EFE/REPORTAJES